Y de repente, estaba en cualquier sitio. La primera noche me desperté a las tres de la mañana y no reconocía la habitación - claro, estaba en mi casa. Por primera vez en casi cincuenta días.
Soy una privilegiada, lo sé. Por tener un pasaporte ajado y cambiar de maletas dos veces al año. Por haber llevado a estos ojos a dar tantas vueltas, a reconocerse ciudadanos del mundo en tantas caras. Y está mal visto que a veces diga que me gustaría tener una casa, un espacio, una rutina. Porque lo tuve. Pero qué le vamos a hacer... el ser humano es impredescible y caprichoso.
Ayer fui a la universidad, a ver a mi padre local, a encontrarme con un cariñito gallego, a ver un documental brasileño, a cenar fusión con mi hermana francesa y mi corazón colombiano. A acordarme de porqué me gusta estar aquí --- de por qué adoro la sensación permanente de cambio.
(Porque quiere decir que algo se mueve. Que estoy viva. Que sigo).
Bienvenida a Barcelona, Cin. Otra vez estás en casa.
(Everybody is changing - Cover de Lilly Allen - me encanta con Keane, pero si yo cantara, sonaría más bien como esto)
3.10.08
Vuelta musical
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
¡Tantos cambios, sí, y yo recién oía Piece by piece de K. Melua! Me gusta la fusión francesa, aunque hoy yo comí de las colonias: una ensalada picante de Costa de Marfil exquisita en un balcón, mirando un espejo fuera hecho por un estanque, en un enclave que asordina el fragor de la ciudad. Un beso.
Esa es de las buenas partes de viajar tanto: regresar a casa, a tu cama, con tu almohada, con tus cosas en tu closet...
pues eso, bienvenida a casa pequeña cronopio, un beso bonita¡
Publicar un comentario