2.4.10

Una vida de ficción

Era una especie de broma interna. Ella comenzó todo al decir que la vida de alguien cercano era como una telenovela o una serie de televisión. Los otros pidieron explicaciones, descripciones más claras. Primero, una lista de los personajes y sus extravangancias. Después, temporada por temporada, la serie de catastróficas desdichas que los embarcaba en imposibles peleas, asuntos legales, llantos interminables, huídas, regresos, redefiniciones sexuales, mudanzas, viajes, reconciliaciones en fechas ortodoxas.

Alguien llegó a la mitad de la narración. Cuando ella terminó y todos nos reimos, él preguntó que dónde podía bajarse esa serie, que sonaba tan interesante.

1 comentario:

Juan J. Pérez Monzón dijo...

Es curioso... Son las vidas de ficción las que más interesan, sin embargo contadas por sus protagonistas siempre pierden valor... o ganan envidias!!!