13.11.03

Demasiado sol por dentro

Algunos días soy tan, pero tan egocéntrica, que ando buscando por los lugares cosas que me recuerden a mi misma. Lo malo es que como tengo el espejo chueco, por lo general descubro que mi nariz es el picaporte de la puerta o el lunar que tengo arriba de la boca en el lado derecho de la boca se convirtió en una vela polvosa sobre la mesa de noche.

No estoy tan segura de porqué me busco en los otros. Supongo que es una cuestión de buscar amigos. Últimamente todo es tan cansado, tan rápido, tan complejo que parece que no me doy tiempo para ir a hacer lo que yo quisiera.

Hace mucho que no leo en público. Y ayer Fatal Espejo organizó una lectura. Yo quería ir, sobre todo porque realmente tengo ganas de ver a Alberto y a Raquel. Un día la semana pasada, con hambre, me estaba acordando de las semanas que compartimos el Duque, Alberto y yo el departamento de Chabacano. Era divertidísimo. Sobre todo porque Alberto y yo llegábamos relativamente temprano y nos poníamos a inventar cena. Y después, a molestar hasta que el Duque decidía dejar todo y regresar a casa a cenar con nosotros - que ya estábamos más dormidos que otra cosa.

En fin. Sirva este post para decir que realmente lo siento y tenía ganas de estar allá.

Tengo un conflicto laboral. Alguien, enviado maligno de Ms. Sharpie, vino esta semana a decirme que, como no había trabajado durante el último año (¿?) tendría que hacer un proyecto nuevo gratis. Porque no había hecho nada. Desde ayer estoy haciendo un reporte con el recuento de los daños y la verdad es que ya no quiero continuar. Me entristece pensar que asumen que no hice nada. Mucho. Y no quiero trabajar de a gratis.

Me siento como con demasiado sol. Te da calor, te entra el letargo, no quieres hacer nada más que dormir. Supongo que alguien le llamaría a eso depresión. Yo le llamo demasiado sol

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