29.6.11

"Número desconocido"

Mirar la pantalla del celular/móvil y pensar que, una vez más, le ha llegado a uno la oportunidad. Que toca. Que es el momento de ponerse las pilas. Que a lo mejor no puedes cambiarlo todo de golpe, pero alguien te está abriendo la puerta, dándote oportunidad de enfocar la cámara en una manera diferente. Que hay que encontrar las palabras adecuadas, precisas, templadas. Que hay que saber explicarse. Ser transparente. Actuar.

Escucho de parte de una amiga colombiana que "lo siente por los mexicanos". Siente el caos, la violencia, los dramas de gobierno. Yo también lo siento. Pero siento que tenemos una responsabilidad. Algo tenemos que poder hacer. Aunque sea hablar, aunque sea opinar, poner las cosas sobre la mesa. Tomar acciones aunque parezcan (o puedan parecer) frívolas. Dar un paso al frente y decir: "sí, señor... yo me apunto a limpiar el cochinero aunque sea afuera de mi casa y luego tirando la envoltura de mi gansito/panterarosa a la basura y no al suelo".

Mañana a las 7h30 de la mañana hora de México (14h30 de la tarde hora de España) me hablarán de Hoy por Hoy, el noticiero que dirige Carlos Puig en W Radio en México para hablar de MiEleccion.Mx. Quizá no sea mucho, pero es lo que estamos haciendo. Y me da mucha emoción poderlo compartir con más gente.

Esta tarde, cuando ví "número desconocido" en mi teléfono tuve ganas de echarme a reir - de pura gratitud y emoción con esas pequeñas cosas que hacen tomar sentido a años de trabajo.

27.6.11

Placeres sencillos

Después de un rato de insomnio, sentir un cierto cosquilleo primero bajo el párpado derecho, que se pone tan pesado que se resbala sobre el ojo. Se cae. Y luego en el párpado izquierdo. Y dejar de escuchar los sonidos de fuera.

* * *

En una tarde de calor, entrar a una ducha caliente y sentirla casi fría por contraste. Regular el agua hasta terminar con agua fría, fresca. Salir y, en lugar de vestirse inmediatamente, acostarse sobre la cama envuelto en la toalla, sintiendo como la piel vaporiza y como algunas corrientes de aire se cuelan por las ventanas.

* * *

Sábado - levantarse absurdamente temprano y caminar hasta la panadería donde los croissants todavía están frescos, calientes, recién horneados. Llevar algunos a casa, hacer café, servir jugo de naranja. Desayunar mientras las golondrinas vuelan frente a la ventana.

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Tomar un tren en domingo a medio día y llamar a un amigo para tomar unas cañas. Acabar comiendo en su casa, entre carcajadas, con el perro de la casa sobre el regazo. Regresar cuando cae el sol. Quedarse dormida en el tren - los ojos quieren ver el mar que se extiende frente a las mías pero el párpado derecho cosquillea y comienza a caer... pesado...