27.12.04

Flash informativo: ¡la nieve es la onda!

Venimos a pasar las Navidades con una hermosa familia postiza mexicana que nos adoptó en Madrid. Son amigos de mis papás y nos recibieron como si fuéramos sus hijos. El Duque está un poco preocupado porque dice que empieza a temer que seamos el menú de Nochevieja, ya que Marielena está empeñada en que comamos TODO lo que hay en su casa.

Al enterarse que yo nunca había visto nevar, hoy nos llevaron al Palacio del Escorial, como a unos 50 kilómetros de Madrid. Enrique al volante, el Duque a su lado; atrás, MaE., la hermosa Lili - que estudió filología eslava :O - y este pequeño ser, vestido de verde, erizado de frío, húmedo de lluvia y muerto de la emoción. La conclusión es bastante simple: ¡la nieve es la onda!

El primer copo que cayó sobre mis manos era una estrella perfecta. Yo gritaba en medio del patio de la iglesia del Monasterio del Escorial: "¡son como en las películas, son como en las películas!", mientras todos mis acompañantes me veían con una mezcla de serena lástima y emoción infantil. Fuera de las paredes del monasterio, el frío pelaba. A pesar de todas las protecciones, golpeaba contra la cara un viento heladísimo. Pero bonito. Me dolían de pronto los dedos de las manos y de los pies pero, como no quería que me subieran al carro, no dije nada. Caminamos un rato más y después regresamos al auto. Íbamos hacia la sierra - ¡más nieve, más nieve! -, pero a falta de cadenas regresamos a Madrid. De camino, vimos un castillo en Manzanares y ahí los copos eran mucho más grandes.

Cuando finalmente regresamos al piso - yo con mi usual mareo de carretera - moríamos de hambre. Comimos, platicamos un rato, y la querida Pau salió a buscar a su príncipe verde. Escasos diez minutos después de que había cerrado la puerta, me llamó: "Salgan a la terraza, que está nevando aquí mismo".

Nota al margen: durante el invierno, MaE usa la terraza como una segunda nevera. Hace tanto frío, que si dejas un cuenco con agua, se congela.

Y vaya. Tanto caminar para que nos llevaran la nieve a casa. Yo, francamente feliz. Nunca, pero nunca, había experimientado una verdadera blanca Navidad.

Hum... cierto... este blog les desea ¡Muy feliz Navidad! - tarde, pero seguro ;)

1 comentario:

VerdeCronopio dijo...

Feliz navidad cronopio

lindo espectaculo la nieve