23.1.11

De los años, como flores de invierno...

Esta vez me costó un poco más de lo usual - una semana y un día. Dos nacimientos. Una sorpresa avasalladora. Tres bolsas llenas de papel directas al reciclaje. El cuento de la pérdida y la recuperación del título profesional. Cuatro horas de gimnasio. Una tarde de películas en televisión. Un día encerrada en casa, en pijama, limpiando. La lenta aceptación de la pérdida de una amiga querida. Eso me cuesta pasar un cumpleaños.

Tengo un año más. Y, a pesar de la "ruptura", más amigos de los que aparecen en el conteo de 1979 para acá. Me enorgullezco. Me alivio - yo, que necesito atención y compañía, consejo, abrazos y llamadas telefónicas; me alivio de que mis inversiones en amigos sean más estables (mucho más) que mi cuenta bancaria.

Algunos se asoman a este blog. Algunos de mis amigos, y otros de mis amigos-familia... y otros amigos que ni siquiera conozco, pero que me leen y me piensan. Y por eso, porque algunos se asoman, me doy permiso de ser cursi. Y darles las gracias.

Nada sería lo que es sin ustedes. Especialmente sin tí, je weet wie.

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