* Mientras limpiaba mi exceso de papeles, me encontré dos postales - una de un Vivendum afro y otra de un jovencísimo Truman Capote en un jardín - que compré en un viaje a París en marzo de 2008. Ahí, estaban escritos los siguientes hitos, que creo que sólo harán sentido para mí y mi compañera de viaje - o incluso ya ni siquiera a nostros.
Hitos de un fin de semana largo en París, según los recordamos la noche del domingo 16 de marzo, tomando kir y cacahuates en el Café Lèa de la rue Pascal
- El desollamiento y la capita de la rana (?)
- El José Luis del vietnamita en Rue Galande
- El Rocky Horror Picture Show
- El primo malencarado de José Ramón
- La mesa de chicos que tenían su noche de solteros, escuchaban J-A-Z-Z desde un móvil y tenían entre ellos a una copia del cantante de The Police
- El Enrique Iglesias-Clark Kent que me recordó al cura más guapo del mundo, que iba caminando por Blvd. Saint Germain
- Los descalabrados
- El sobreviviente supermercado vietnamita
- Descubrir que uno puede transbordar gratuitamente del metro al autobús
- El shopping de último momento, con las dependientas tras de nosotros para cerrar las tiendas
- El milhojas de chocolate de Paul, en las Tullerías
- El coqueto vendedor de espárragos
(segunda postal extraviada. Quizá la tiré a la basura con el papel para reciclar. Puaj).
O sea que ¿anda de pura limpieza pura? Lo lindo, que a veces puede llegar a ser rete incómodo, de las limpiezas es que son los hallazgos de esos testimonios de momentos en que una fue feliz. Ahora, quién sabe qué postura se tenga respecto a ese entonces ;)
ResponderBorrarOh, los recuerdos cambiantes... sí, puede ser un tanto tramposo... pero las cosas increíbles que ya no te acordabas que existían... el extra espacio para guardar nuevas porquerías... jijiji
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